Barcelona vs Real Madrid – clásico y primer título, en la casa de los líos de Real Madrid

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Real Madrid y Barcelona tienen preocupaciones muy diversas en este inicio de campaña. Mientras los blancos, concretamente su entrenador, Zinedine Zidane, apenas tiene que estrujarse las meninges para resolver los temas de siempre (la idoneidad de perder un centrocampista para satisfacer las necesidades de su trinidad ofensiva), el Barcelona no sale este verano del tren de la bruja. La Supercopa de España, cuyo partido de ida tendrá lugar esta noche en un Camp Nou atiborrado de turistas (el encuentro hace años que no entra en el abono del socio), medirá la profundidad de banquillo del vigente campeón de la Supercopa de Europa con un Barça todavía indescifrable. El inicio de una era post-tridente en la que Ernesto Valverde tendrá que armarse de paciencia.

La directiva azulgrana que comanda Josep Maria Bartomeu -el mismo que prometió seny, rigor y serenidad para reinvertir los 222 millones de euros de la cláusula de Neymar- evidencia con sus movimientos en el mercado que va dando palos de ciego. Si la junta inició el verano convencida de que debía ser Verratti (24 años) su gran apuesta para recuperar el estilo perdido, ha acabado por conformarse con Paulinho (29). Es decir, cuando antes se necesitaba un centrocampista de posición, tanto para ayudar a Busquets en la destrucción como para escoltar a Iniesta en el orden y la dirección, se acaba escogiendo a un volante cuyo gran valor es la verticalidad y la llegada. Es decir, justo lo que se le debía pedir esta temporada a Sergi Roberto, con ofertas para marcharse.

40 millones de euros por Paulinho

Pese a que el Barcelona no ha dado aún oficialidad a la contratación de Paulinho, fue su entorno el que admitió que el acuerdo es ya una realidad. Tanto los años de contrato, cuatro, como el precio a pagar, 40 millones de euros a un Guangzhou Evergrande que en 2015 sólo pagó 14 al Tottenham. Visto así, el interior, referencia de Scolari en su equipo y de Tite en la nueva selección brasileña, lejos de perder cotización en una liga china de escaso nivel competitivo, la ha aumentado de manera considerable.

No acaban aquí los embrollos. El Borussia Dortmund, después de reunirse la noche del sábado con Ousmane Dembélé, decidió mantenerlo suspendido y alejado de la actividad del primer equipo hasta nueva orden. El extremo francés se rebeló el pasado jueves y se negó a entrenar para forzar su traspaso al Barcelona. Ya no pudo jugar el partido de Copa frente al Rielasingen (0-4) de ayer.

Tampoco se vistió de corto en el estreno liguero del Liverpool Coutinho, que el viernes entregó el transfer request al club red para obligarle a negociar con el Barça. «Como entrenador, tengo unos jefes que deciden si vendemos o no a un jugador», asumió el técnico Jürgen Klopp, cuyo equipo no pasó del empate (3-3) en el campo del Watford.

Piqué deja en evidencia a la directiva azulgrana

El Barcelona continúa a medio hacer y encadena incendios a tres semanas del cierre de la ventana de fichajes y con la amenaza del voto de censura a la vuelta de la esquina. Por si fuera poco, Gerard Piqué, quien admitió que su ya legendario «se queda» dedicado a Neymar fue «un farol», dejó en evidencia a su directiva. Admitió el central que el brasileño anunció a los futbolistas que acudieron a la boda de Messi (30 de junio) su marcha al PSG. Dos semanas y media después, el vicepresidente deportivo azulgrana, Jordi Mestre, aún decía aquello de «Neymar no se irá al 200 por cien». Ernesto Valverde, para completar el vodevil, aseguró ayer que conoció su salida el mismo día en que el delantero la anunció oficialmente al club.

El técnico extremeño, alejado por norma de todo circo, bastante tiene con lo suyo. De momento, su principal opción para suplir a Neymar es Deulofeu, notable en el Gamper. Mientras que Aleix Vidal está por delante del portugués Semedo, futbolista por el que la directiva azulgrana pagó este verano 30 millones de euros al Benfica.

Muchas más vueltas al equipo puede darle Zinedine Zidane, quien planea conceder la titularidad a Kovacic para suplir la baja por sanción de Modric. Tampoco ve con malos ojos el entrenador que Theo Hernández conceda descanso a Marcelo en el carril zurdo.

El gran dilema es otro. En realidad, el de siempre. Bien sostener la estructura de cuatro centrocampistas con la que ha cuajado excelentes actuaciones, con Isco en libertad en el rombo, bien recuperar el formato de tres delanteros, con el regreso a la titularidad de Cristiano junto a Benzema y Bale. Una fórmula que, de inicio, ha sumado cinco derrotas en clásicos y un único triunfo, el 1-2 obtenido en el Camp Nou el 2 de abril de 2016.

Fuente El Mundo